En su libro "Nueva Ciudadanía y Educación", Helen Haste explora el compromiso cívico y destaca tres modos: votar, prestar ayuda y hacerse escuchar. En estos modos, la relación entre lo moral y lo político varía, pero siempre está presente.
¿Depende el compromiso cívico únicamente del individuo o también del pacto social del que forma parte? Esta pregunta subyace en debates antiguos y, en la actualidad, está vinculada con la integración social en nuestra democracia y el modelo de desarrollo que materialmente respalda el progreso significativo en la vida cotidiana.
En un país inmerso en tragedias que nos han recordado una realidad latente ligada a la precariedad y vulnerabilidad en la que viven muchas personas, es vital reiniciar discusiones profundas sobre una democracia y una ciudadanía que son experimentadas en la realidad. Que requieren de una lectura cercana a la realidad de las personas.
Siguiendo las reflexiones de Haste, se requiere ampliar oportunidades para el compromiso cívico. Votar, prestar ayuda y hacerse escuchar deben ser accesibles para todos, sin considerar privilegios ni idealizaciones lejanas a la vida cotidiana. Un camino que nos permita significar desde la vida común la relación ciudadanía, democracia y desarrollo.