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Lecciones para un nuevo proceso constituyente: Entre valores, espacios y pluralidad

Actualizado: 28 sept 2022

Por Oscar Guerra González, Fundador & Director Ejecutivo de Fundación Observa Ciudadanía






El proceso constituyente que hemos vivido en el país, debe ser una de las mayores clases de formación ciudadana de la historia de Chile. Sin embargo, esta gran clase de formación ciudadana, al parecer, requiere mucho más tiempo y un proceso formativo coherente con la instancia significativa. Este tiempo debe implicar el desarrollo de habilidades que, probablemente, requirieron de mayor profundidad para su desarrollo y, además, de una mayor cantidad de espacios para permitir que cada participante tenga la oportunidad de hacerse parte. Un nuevo proceso constituyente, nos permite ver, con esperanza, que todos y todas tenemos mucho por aprender.


No tenemos duda de que un nuevo proceso constituyente, no solo será una oportunidad para fortalecer la institucionalidad democrática, permitiéndole a sus actores pasar de la reacción a la proacción. Sino que también es la oportunidad para aquellos y aquellas que trabajamos día a día por el fortalecimiento de la democracia desde la sociedad civil, de remarcar y reiterar que la institucionalidad democrática se hace fuerte y significativa para las personas cuando se teje a diario en la vida social.


A partir de esta reflexión, se abre un camino al aporte que como Fundación esperamos brindar a esta nueva oportunidad que vive nuestro país. Por ello, anunciaré 3 principios que nos puede aportar la formación ciudadana:


1. El valor de los valores:


No cabe duda que los valores para una convivencia democrática deben promover el respeto a las opiniones diferentes, la valoración de las reglas del juego y la confianza en la resolución pacífica de conflictos a partir de la participación y representación popular. Todo estos valores, requieren de un esfuerzo tanto para aquellas personas que se consideran perdedoras como para aquellas que se consideran ganadoras. En este nuevo proceso, el rol que asuman los valores propios para una sana convivencia democrática, permitirán enfrentar procesos deliberativos a partir de un marco común en el que nadie se sienta indiferente, excluido/a o intimidado/a.


2. Los espacios para la experiencia:


La posibilidad de tener espacios en el que se viva y experimente la ciudadanía es una urgencia permanente para dar fuerza a los procesos de participación y cambio. En este proceso constituyente que hemos de seguir viviendo, tenemos la oportunidad de diseñar e implementar nuevos y mejores espacios para la participación ciudadana. No bastará con los mismos espacios de siempre.


3. Pluralidad y divergencia:


La comprensión de los distintos juicios y valoraciones de las personas, más allá de la simplificación de las alternativas de un instrumento como lo es el plebiscito, debe ser puesta en valor. La pluralidad y la divergencia de la ciudadanía, no sólo permite abordar de manera creativa los distintos tópicos que debe tener una nueva propuesta constitucional, sino que también la manera y la pavimentación de un camino que permita generar una amplia mayoría de aprobación, sin que ello implique una uniformidad de pensamientos, creencias, identidades y cosmovisiones.


Para finalizar, el compromiso entonces, está en seguir aportando y creyendo en que tanto el camino como el término de este nuevo proceso, abre oportunidades únicas que requerirán de reflexión, acción e innovación.. En definitiva, de una puesta en valor de nuestra ciudadanía para la democracia.

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