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La Ciudadanía Late: Tejiendo Valores en el Lollapalooza Chile 2025



En medio de la efervescencia musical del Lollapalooza Chile 2025, la ONG Observa Ciudadanía logró algo extraordinario: transformar un espacio tradicionalmente dedicado al entretenimiento en un punto de reflexión cívica. La iniciativa "La ciudadanía late con..." permitió que más de 100 asistentes al festival se detuvieran en una "pausa ciudadana" para considerar los valores que sustentan nuestra convivencia social.


Lo verdaderamente valioso de esta experiencia radica en su capacidad para desmontar la falsa dicotomía entre el disfrute y el compromiso cívico. Al invitar a los participantes a completar la frase en un panel con forma de corazón y tejer con lana las conexiones entre valores, se materializó una poderosa metáfora: la ciudadanía no es un concepto abstracto sino una red viva de relaciones interpersonales basadas en valores compartidos.

Esta intervención logró varios objetivos fundamentales. Primero, democratizó el concepto de ciudadanía, sacándolo de los espacios institucionales para situarlo en el terreno de lo cotidiano y lo festivo. Segundo, personalizó la reflexión al solicitar que cada participante dejara su nombre, convirtiendo así un acto reflexivo en un compromiso personal visible. Tercero, al utilizar recursos como memorices ciudadanos y definiciones accesibles de conceptos complejos, facilitó el acceso a ideas que suelen percibirse como distantes o técnicas.


El corazón ciudadano tejido colectivamente durante el festival representa una nueva aproximación a la educación cívica: una que entiende que los valores democráticos no se imponen mediante discursos formales sino que se construyen a través de experiencias significativas. En un contexto donde la desafección política es creciente, especialmente entre las generaciones jóvenes, este tipo de iniciativas resultan fundamentales para reconectar a las personas con su rol como agentes de cambio social.


La experiencia del Lollapalooza demuestra que la ciudadanía activa no está reñida con el goce y la celebración. De hecho, puede argumentarse que una democracia sana requiere precisamente de estos espacios donde lo lúdico y lo cívico se entrelazan, donde podemos recordar que la convivencia democrática también puede ser creativa, emotiva y hasta festiva.


La iniciativa de Observa Ciudadanía nos recuerda que los valores cívicos laten en cada espacio de nuestra vida social, incluso en aquellos dedicados al esparcimiento. El corazón tejido colectivamente queda como símbolo de una ciudadanía que, más allá de instituciones y estructuras formales, se construye día a día en cada interacción humana basada en el respeto, la solidaridad y el compromiso con el bien común.

 
 
 

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