Valdivia, octubre de 2024 – En el marco del proyecto Consolidando Comunidades Activas, se han logrado importantes avances en las jornadas de diagnóstico participativo desarrolladas en las localidades de Casablanca y Riñinahue, ambas ubicadas en la región de Los Ríos. Estas actividades, orientadas a fortalecer la capacidad de respuesta comunitaria ante emergencias y desastres, han involucrado la activa participación de vecinos y vecinas, junto con autoridades y organizaciones locales.

El diagnóstico participativo se centró en talleres de mapeo colectivo, una metodología que permite a la comunidad identificar de manera colaborativa las principales amenazas, capacidades, vulnerabilidades y fortalezas del territorio. En Casablanca, los/as habitantes resaltaron la preocupación por los incendios forestales, dado que el sector está rodeado por predios forestales.
Asimismo, se identificaron puntos críticos en la infraestructura vial y la necesidad de mejorar la señalización en la ruta, elementos clave para garantizar un acceso seguro de los servicios de respuesta a emergencias.
Por su parte, en Riñinahue, la comunidad destacó los riesgos asociados a los derrumbes en la ruta a Lago Ranco y los incendios estructurales, exacerbados por la presencia de microbasurales en áreas aledañas a los inmuebles. Además, se subrayó la importancia de mejorar la infraestructura vial y el acceso a servicios básicos como salud y telecomunicaciones.
Un enfoque clave en este proceso ha sido la incorporación de una perspectiva de género interseccional, reconociendo que los impactos de los desastres y las emergencias afectan de manera diferenciada a diversos grupos de la comunidad. En particular, se ha prestado atención a la situación de las mujeres, las personas mayores y con movilidad reducida, quienes enfrentan vulnerabilidades específicas debido a su acceso limitado a recursos así como servicios, así como a su rol central en la organización comunitaria. Este enfoque asegura que las soluciones propuestas no solo sean inclusivas, sino que también fortalezcan la resiliencia de los grupos más desfavorecidos, contribuyendo a una mayor equidad en la respuesta y recuperación ante desastres.
Uno de los aspectos más valiosos de este proceso ha sido la cohesión social demostrada por ambas comunidades, quienes han mostrado un fuerte compromiso en el planteamiento de soluciones conjuntas incorporadas dentro de nuestra ruta cocreativa del kit de herramientas comunitarias para emergencias. Tanto en Casablanca como en Riñinahue, las redes comunitarias y la confianza en las instituciones locales han sido identificadas como fortalezas clave para enfrentar futuras emergencias.

Estos hallazgos permitirán la creación de planes de acción locales, que incluirán mejoras en la formación en comunidad, capacitaciones en respuesta a emergencias, y la implementación de protocolos de acción para mitigar los riesgos identificados. De esta manera, el proyecto sigue avanzando en su objetivo de fortalecer la resiliencia comunitaria y promover la participación activa de los habitantes en la gestión de riesgos, así como desastres.
La fase siguiente del proyecto consistirá en la formación en comunidad de los/as miembros/as de las comunidades y la implementación de iniciativas preventivas, basadas en los resultados obtenidos durante las jornadas de diagnóstico.
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